Eran las seis con veinte minutos de la madrugada, lo recuerdo bien, ahí estaba ella, tan deslumbrante como siempre, más radiante que nunca, estaba terminando de guardar sus pocas vestimentas en una pequeña maleta, yo estaba sentado en una silla junto a la ventana observándola, pensando como fue que pasaron tan rápidamente los días, ¿Como fue que no atrape un poco del tiempo para guardarlo y usarlo ahora?, cuando más fuerte es mi deseo de tenerla a mi lado...suelo pensar que el mundo confabula en contra de mi voluntad, parecía que mientras más la amaba más lejana estaba de mí la oportunidad de estar con ella.
En el fondo algo me inquietaba, Lucy parecía inquebrantable, no podría saber lo que pasaban en esos momentos por su mente, pero si podría estar seguro de una sola cosa... nadie en el mundo entero, ni en aproximadamente mil años, podrían haberla amado como la amaba yo, como la quería yo, como la deseaba yo…
Antes había amado a otras, pero nunca con tal intensidad, podría haber dado mi vida, si ella lo quisiera, podría haber cambiado mis viejos hábitos, mis vicios, mis miedos, solo bastaba que Lucy lo pidiera...solo me bastaba eso.
Creo que mis sentidos acabaron por detenerse, cuando ella me regalo una sonrisa y murmuró que era hora de irse, mi pulso ya no existía, mis latidos golpeaban sin aspiración mi destrozado corazón, sentí que temblaba todo mi cuerpo...no podía siquiera sonreírle falsamente, estaba al borde de las lagrimás
Cuando ella se fuera rumbo a otro hogar, a otro sitio, a otros brazos...yo me quedaría solo... solo recogiendo cada pedazo de dolor que esta despedida generaba en mi...ya no estaría ella para decirme que todo saldría bien, no estaría su cálido cuerpo al que dormía abrazado en noches frías, no estaría su esencia.
Ni un millón de palabras, ni un millón de ruegos podrían hacer que ella se quedará, lo sé por que he rogé hasta perder la fe...nuestro adiós era impostergable...
Al paso de las horas, llegamos a una estación, al punto exacto donde terminaría por perderle, tome una de sus palidas manos, esperando que llegará el tren...
Es increíble pero mientras más tristes nos sentimos nos damos cuenta de las estupideces que realizamos en nuestras vidas, mi error más grande fue no haberla amado antes, Cuando podría haberle ofrecido todo lo que ella merecía y mucho más, cuando era valiente ante la vida y no un cobarde, cuando no me limitaban los sueños, cuando tenía metas por cumplir, hubiera dado tanto por una nueva oportunidad para elegir, probablemente me hubiera equivocado más pero estaría con ella, razón suficiente para terminar
Mis años en la plenitud de la felicidad.
Pienso en lo poco que sabía del amor hasta entonces y en lo poco que sigo sabiendo sobre él, ¿Que es en si el amor?-. me preguntó...¿El amor es locura?, ¿Es un estado de estancamiento de olvido de todo?, si me basara en la psicología probablemente diría que el amor es un desbordamiento hacia algo ilimitado, el amor es un objeto que nos atrae, pero no podemos por más que hagamos el esfuerzo, tratar de abarcar nuestros anhelos en su totalidad, por que en sí, no controlamos los sentimientos de los demás, aunque queramos..
A lo lejos, se escuchaba el paso agonizante del tren, cada vez más cerca y Lucy cada vez más lejos, sentía que soltaba mi mano poco a poco, el viento parecía robar mi última lágrima y arrastrarla hacia el infinito del cielo, apaciguando mi dolor, pero pobre viento... has de saber que no habría cura en este mundo, ni palabra de aliento alguna, capaz de hacerme escapar de tan infartarte desconsuelo.
Lucy me abrazó, una lágrima caía de sus bellos ojos grises, rodaba delicadamente por sus pálidas mejillas, me entrego un papel doblado por la mitad...y ascendió al ferrocarril, cuando lo abría para leerlo, el tren cerró sus puertas y ella partió...
Frustración más grande no habría en universo alguno, no pude decirle nada, perdí mis segundos pensando en tantas cosas, pero se que Lucy siempre supo lo que yo quería decirle...
El papel que ella me dio decía:
<<Antes de ser azul el cielo... y este de saberlo
Antes de brotar las flores en primavera...y estas de saberlo
Antes de sentir este sentimiento y de saberlo, yo ya te estaba amando. >>
La guarde en mi bolsillo y mientras volvía a casa pensaba en sus palabras, me costo darme cuenta pero finalmente lo hice...cuando ella se fue, algo de mi también partió a su lado, desde entonces vivo sin mis emociones, sin mis sentimientos por que aquel día en que tu te fuiste lucy, mi corazón se fue contigo.